Todos nos lamentamos cuando ocurre una tragedia pero… ¿qué hacemos al respecto? La juventud impresionable, desposeída de religión y valores sólidos, imita los modelos de conducta que le ofrecen el cine, la televisión y los videojuegos. Después sobreviene el horror y nos llevamos las manos a la cabeza, no sin antes habérnoslas lavado como Pilatos.
Sucede por ciclos. Emiten cierta película de capcioso nihilismo por televisión. La vemos, nos reímos, disfrutamos como si fuese un entretenimiento inofensivo. Craso error. En algún punto del país, una muchacha sin personalidad, perdida en el anonimato de la muchedumbre, comienza a imitar lo que ha visto creyendo que se trata de un comportamiento válido para la vida real.

A partir de la primera víctima, la epidemia se dispara. Hordas de jóvenes descontroladas sucumben a la fiebre y toman las calles. La policía interviene y a duras penas consigue contener los disturbios.

El delirio alcanza entonces un momento de engañosa serenidad. Los enfermos dejan de cantar y hacer vistosas cabriolas con la falda por unos instantes. Nos piden que compremos migas de pan para las palomas, pero lo hacen sentaditos y quietos.

A continuación nos conducen escaleras arriba, aparentemente para enternecernos mostrándonos la cantidad de cagadas de paloma que hay en la terraza. Nos dedican una sonrisa y…

¿Hasta cuándo seguiremos tolerando que ese repugnante Walt Disney empuje a nuestros jóvenes a una muerte prematura?
Te juro que si pudiera, sacaría a ese Disney del congelador y lo metería en el horno. Y después lo mataría mucho. Y después -como dice un amigo- le daría de hostias hasta en la foto del DNI.
La has cagado, chavalote.
Tendras una demanda por algunos millones de dolares por tocar
a nuestra preciosa Mary popins.
Y una propuesta para ser guionista de alguna de nuestras películas.
Por el mismo precio que la demanda.
Tu tienes talento chaval,
y nosotros, para los negocios.
jajajajaja.. me estoy riendo tanto que me estoy desangrando
Pero qué punto! Versión Disney del Níño Gilipollas!!!
Anda, pues es verdad. Eso sí, para mí que al Niño lo que más le gusta es la merienda en el techo y todo aquello de “Reííííír no mááááás… haaaasta reventaaaaar…”
Me gustaba más la Mery Popins sobre los tejados decimonónicos de la G. B. en la que está basada la “peli”, pero tampoco queda mal sobre el rascacielos, ¡por cierto muy hermoso! ¿en qué ciudad está? Álex, muy buen comentario. Saludos
son 1 mierda ja ja ja ji ji ji jen je je