¡Así es! Según las historias del cine al uso, el terror contemporáneo nació en Estados Unidos a finales de los 60 y a lo largo de los 70, con películas como La noche de los muertos vivientes, La matanza de Texas, El exorcista, La noche de Halloween o Zombi. Sin embargo, la investigación concienzuda demuestra que buena parte de los temas e iconos que surgieron entonces y que siguen alimentando al género tuvieron su origen en España.
Veamos unos pocos ejemplos.
En La noche de Halloween, los timoratos espectadores norteamericanos temblaron con Michael Myers, un fulano de careto rígido que lleva décadas persiguiendo mujeres.
Sin embargo, aquello no impresionó al público español, que ya conocía a Arturo Fernández.
La niña de El exorcista traumatizó a los espectadores de todo el mundo exhibiendo sus desquiciadas contorsiones corporales y la furia de una sexualidad voraz en un entorno reprimido.
Los españoles se limitaron a bostezar: habían visto demasiadas películas de Lina Morgan.
De hecho, los historiadores más sesudos afirman que la flexibilidad muscular de Lina inspiró el concepto de “la Nueva Carne“, del que son exponentes las películas de David Cronenberg, La Cosa de Carpenter o una olvidada joyita satírica de finales de los 80, Society, de la que reproducimos un fotograma más abajo para que el lector compare con sus propios ojos.
Concluimos con un último ejemplo que confirma a España en la vanguardia de la ficción de espanto. Se trata de la franquicia terrorífica más exitosa de los últimos tiempos, Saw: la saga de un pensionista sermoneador que se dedica a atormentar a la gente que no hace las cosas como él quiere.
¿A qué viene tanto revuelo? Cualquier cinéfilo con fundamento sabe que Paco Martínez Soria daba mucho más miedo en ese papel.
Estos jovenzuelos de hoy …que se ríen de todo….no sabéis lo que cuesta estar en la brecha del exigente público español, operación estética tras operación estética..yo ya ni me reconozco, en vez de Marujita puedes llamarme Wilson…