Como es tradición, la Muy Noble Hermandad del Santo Meñique Incorrupto procesionó por las calles albaicineras, en olor de multitudes. ¡Y menudo olor, que diría alguno!
La alegre cofradía de romeros se desparramó hasta bien entrada la tarde por las alambicadas callejuelas del Albaicín, en pos de la Sagrada Formita -el Pasmo del Albaicín- que desde su palio dorado iba llamando a los fieles e infieles que se encontraba a su paso, hasta sumar a cienes y cienes de alegres grupos de jóvenes, mozalbetes y japoneses, incluídas la mismísima Blancanieves y los Siete Enanitos, que pasaban por allí.
Todo un éxito de crítica y público que nos hace esperar, con ansiadas y renovadas esperanzas en el Poder del Santo Dedo y su Huérfano Muñón, la llegada de la próxima romería. A continuación, una breve crónica gráfica del singular evento.
Y si quieren saber algo más de esta noble tradición, los amigos de Granada Imedia nos ofren una magnífica crónica…
La Hermandad Mexicana estuvo muy presente
El rostro de los Caballeros Costaleros, todo un poema de esfuerzo, emoción contenida y esfínteres apretados.
Un grupo de Romeros Meñiqueros en plena demostración de fe inquebrantable en Lo Incorruptible.
La Sagrada Formita, en su Paso Oficial de Palio, inaugura el photocall que cada año hace las delicias de la concurrencia en sano alborozo.
Dos Caballeros Romeros Meñiqueros mostrando con decoro sus respetos al paso del Pasmo del Albaicín en su estación de penitencia de la Puerta de las Pesas.
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