Hacía tiempo que no se veían. Pero recordaban perfectamente sus rencillas.
Y aquel día, y no otro, se encontraron.
- ¿Qué?
- ¿Qué de qué?
- ¿Cómo que qué de qué de qué? Sabes perfectamente de que qué te estoy hablando… (dijo enojado).
- ¿Pero de qué qué me estás hablando? ¿ Pero tú de qué vas?
- Sabes perfectamente queeeee…. (dijo alargando la eeee…) y queeeeeeeeeeee
(y siguió alargando su queeeeeee), por queeeeeee… (pero no hacía falta rellenar el contexto entre aquellos qués. Ambos sabían supuestamente de qué se hablaban).
- ¿Queeeeeeeeeeeeeé? ¿Pero tú te das cuenta queeeeeeeeeeeé me estás diciendo?
- ¿Qué? A ver ¿qué de qué ?
Y ambos sendos dos decidieron discutirlo discutiéndolo entre cervezas en un bar, taberna u tabernáculo.
Y pidieron dos cervezas.
Y el camarero les advirtió:
- Vamos a cerrar pronto. ¿Qué quieren de tapa?
- ¿¿Que qué quieren de tapa?? (dijo de nuevo, educadamente encrespado).
- Que qué queremos…hmmmm…Queeeeeeeeeeeeeeeeee… remos queeeeeeeee…so y un… re…queeeeeeeeee té.
- ¿Qué?, respondió el camarero…
AS.
Con arenqueeeeeeees la tapa
Los típicos “amigueques” de cervezas y tapas.
Son el dúo de los 70 “Los Golfos”…
Tras esta nueva apología del botellón, ¿dónde queda la responsabilidad? ¿Dónde, la disciplina?
¿ De qué es en esta ocasión ?