Era lunes por la mañana. Fui al lavabo, a refrescarme antes de la ducha.
Levanté la vista después de enjuagarme la cara y vi mi imagen reflejada en el espejo.
“Qué patético”, pensé. Y volví a echar agua en mi rostro.
Al alzar de nuevo la vista, era una muchacha hermosa la que imitaba mis movimientos en la superficie del espejo.
Me acojoné , bajé la cabeza y volví a subirla rápidamente.
Entonces me encontré con un señor con bigote y bombín. ¡Hostias ¡ ¡Qué susto!
Y después vino un chimpancé, una vieja , un robot, un cartero, una japonesa, una jirafa, un bombero…
Y así todos los días.
Llegué a acostumbrarme. Incluso me ilusionaba pensar cuál sería mi reflejo cada vez que me mirase al espejo.
Hasta que un día no apareció nada.
Aquella mañana me fui triste al trabajo.
Cuando regresé, tenía una carta en mi buzón: “Abónese a espejo PLUS, ya se acabó la promoción”.
GRACIAS.
enooooooooooorme! y suerte que no te reflejaste como un balón de futbol.
Muy bueno, muy bueno…
Yo a veces intento parecerme a papuchi pero una vocecita en mi interior dice NOOOOO NOOOOOO